Celebración de aniversario
Verónica Celestino cumplió 25 años trabajando en el Club.
El domingo 7 de abril, Verónica Celestino cumplió 25 años trabajando en el Club y festejamos su aniversario de manera sorpresiva con sus compañeros de trabajo el martes 9.
Fue un momento agradable lleno de risas, anécdotas y emociones.
Además, Vero, habló con nosotros en una breve entrevista en donde nos contó sobre su trayectoria en Mapuche y su relación con sus compañeros y socios del Club.
Mapuche C.C.: ¿Qué sentís al haber cumplido 25 años trabajando en el Club?
Verónica Celestino: Me alegra haber llegado hasta aquí. Nunca imaginé querer tanto a Mapuche. La pertenencia y el orgullo de la gente de vivir en este lugar me atraparon. Cuando comencé, pensé que era un trabajo temporal, pero acá estoy, cumpliendo 25 años que, a decir verdad, se pasaron muy rápido. Tengo muchos recuerdos vividos en el Club, mucha gente a la que quiero, varios compañeros de trabajo y socios.
Mapuche C.C.: ¿En qué áreas trabajaste y qué responsabilidades tuviste a lo largo de estos años?
Verónica Celestino: Empecé en el año 1999 como asistente en la Gerencia Operativa. Pocos años después me desempeñé haciendo tareas como Intendente del Club hasta agosto del año pasado.
Mapuche C.C.: ¿Qué te motivó a estar tantos años en Mapuche?
Verónica Celestino: Tuve años lindos, fáciles, complicados, pero siempre aprendí, puse persistencia y mucho esfuerzo. Un poco de ansiedad y buen humor también.
Mapuche C.C.: ¿Cómo crees que evolucionó Mapu desde que estás trabajando aquí?
Verónica Celestino: Aprendí muchas cosas y formé parte de muchos cambios en el Club. Vi crecer muchos proyectos con esfuerzo y cariño.
Mapuche C.C.: ¿Cómo describirías la relación que construiste con tus compañeros de trabajo y nuestra comunidad a lo largo del tiempo?
Verónica Celestino: Agradezco el acompañamiento y el apoyo de muchos socios que me enseñaron, me apoyaron y confiaron en mí. Sobre todo, resalto la libertad que me dan para trabajar y resolver. También agradezco a mis compañeros de trabajo, los que empezaron conmigo y los que se fueron sumando en el camino, por compartir largas jornadas laborales y, sobre todo, por soportar mi ansiedad, mi energía matutina y mis charlas infinitas.